El
genero Epistolar
En la literatura
infantil y juvenil actual, la carta, el género epistolar, tiene plena vigencia
como medio de comunicación y como procedimiento narrativo, que ayuda en la
construcción de las historias y las hace más creíbles. Otros valores y ventajas
de lo epistolar es que favorece la comprensión del relato, la participación del
lector en la reconstrucción del texto, o el contacto con realidades subjetivas
y objetivas. A partir del análisis de algunos títulos de la literatura infantil
y juvenil actual, la autora del artículo reflexiona sobre el significado y el
poder de seducción de la carta.
Nada indica que la literatura infantil
o juvenil utilice, ni deba utilizar, procedimientos distintos a los del resto
de la literatura. El discurso narrativo tiene sus propios rasgos, su lenguaje y
sus leyes; y el lector, todo lector, logrará un grado de comprensión
determinado en razón de sus circunstancias y expectativas, en cuya
configuración intervienen factores tales como la situación social, ámbito
vital, sexo, edad, relaciones personales, carácter, expectativas personales y
profesionales, etc. Es claro que la edad es determinante, pero no en medida
distinta que cualquiera de los otros factores mencionados. Por eso, una
narración para niños debe regirse por las mismas leyes discursivas y creativas
que cualquier otra, si bien utilizadas con el grado de complejidad adecuado
para hacer el relato accesible y no hermético al receptor.
Desde este
planteamiento, uno de los procedimientos o modos de narrar que se pueden encontrar
en la literatura es el epistolar, es decir, la utilización analógica de una
forma de comunicación existente en la realidad para crear ilusión de verdad en
un mundo ficticio.
El reciente auge de la internet y
de la comunicación por medio del correo electrónico ha generado muchas
expectativas para el desarrollo del ser humano, en especial el de los niños y
adolescentes. Sin embargo, debemos insistir que ello conlleva mitos, paradojas
y retos, que ya se han indicado (Sartori, 1997; Simone, 2001) y que la
psicología debe analizar para un mejor entendimiento. La accesibilidad de los
medios informativos; la correspondencia entre el decir-ser y decir-hacer; la
práctica lingüística, ante criterios laxos; el conocimiento personal limitado
al “campo textual”; y las posibilidades de transferencia competencial, son
algunos de los aspectos que el psicólogo debe empezar a analizar de manera más
rigurosa. Ante la anunciada reforma educativa, se discuten los beneficios y
perjuicios que puede representar esta forma de comunicación, como forma
alternativa de educación masiva.
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